Comenzaremos el recorrido desde el Ayuntamiento de Meis en la parroquia de Armenteira en la comarca del Salnés. En un entorno de gran belleza, el Armenteira es un pequeño río al que prácticamente no perderemos de vista, ya que prácticamente durante todo el recorrido tendremos que ir pegados a él, e iremos viendo una gran cantidad de molinos de agua, muchos de ellos restaurados, resaltando el atrativo del paisaje.
Sin alejarnos del río observaremos la riqueza de su flora, eso si, con muchas especies exóticas en invasoras que amenazan la biodiversidad de estos bosques.El patrimonio cultural-religioso de este lugar, y de donde partiremos, es de gran calado, al contar con el conocido Monasterio de Armenteira, fundado por un monje en el sigloXII, el cual visitaremos y contaremos su historia.
Esta ruta era un antiguo camino para tener operativos los molinos de agua de Armenteira.
El agua era conducida y desviada del río por un canal que iba cara el molino para abastecerlo entrando la gran presión hacia parte inferior del mismo, denominada “infierno” y que hace girar la rueda o “rodicio”.
De este modo, el movimiento es transmitido a través de un eje vertical que mueve la piedra superior o “capa” sobre la piedra inferior fija o “pie”. Con la fricción de esas piedras o muelas, se conseguía poder moler el cereal. En la ruta se contabilizan hasta 50 molinos, construidos todos durante el siglo XVII, desde Meis hasta Ribadumia.
El Lunes de Pascua, los romeros subían desde Ribadumia para rendirle culto a Nuestra Señora de las Cabezas.
Bajaremos por la orilla de la izquierda del río atravesando, viejos, maduros y antiguos bosques de avellanos con ejemplares enormes, de mucho más, sospecho, de 50
años. Una hermosura en la que parece que estamos lejos y alejados de toda civilización.
Así llegaremos desde la Parroquia de Armenteira en Meis hasta el Ayuntamiento
de Ribadumia en Santo André de Barrantes.
Esta Ruta entra dentro de la Euroregión denominada Sur de Galicia y Norte de Portugal formando la llamada Red de Turismo Cultural Galaico-Portugués, optando por un turismo Cultural que valora la recuperación, la conservación y la revalorización del patrimonio, facilitando el contacto directo con el mundo rural, historia, naturaleza, las tradiciones y costumbres populares.